ERP. El Papa Francisco continúo con su peregrinaje en Trujillo, reuniéndose con sacerdotes y religiosos, a quienes les pidió que recuerden a las personas que les enseñaron a rezar y que nunca lo olviden. Mediante el uso de diversas imágenes, se dirigió a los seguidores de Cristo, para que asuman alegría y después contagien a todos los humanos.
Monseñor José Antonio Eguren Anselmi, de la arquidiócesis de Piura y Tumbes, fue el encargado de dar la bienvenida en esta reunión, la misma que estuvo marcada por una profunda reflexión de la labor pastoral y con ejemplos propicios para incrementar la fe. Su mensaje no estuvo exento de cuestionamientos al propio mundo de los religiosos, cuando los invitó a mirarse a si mismo para darse cuenta que existen en la Iglesia Católica.
“En un mundo fragmentado que nos toca vivir, que nos empuja a aislarnos, somos desafiados a ser artífices y profetas de comunidad. Porque nadie se salva solo. Y en esto me gustaría ser claro. La fragmentación o el asilamiento no es algo que se da ‘fuera’ como si fuese solo un problema del mundo”, afirmó.
"Jesús los envía a ser portadores de comunión y de unidad, pero que a veces parece que lo hacemos desunidos y lo que es que peor, muchas veces poniéndonos zancadillas unos a otro (...)”, agregó.
En otro momento, el papa Francisco recomendó a los sacerdotes reunidos en el Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo, combatir la arrogancia y la vanidad con la "risa".
"La risa nos salva del neopelagianismo auto-referencial y prometeico de quienes en el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros", indicó.
"Cuidémonos de esa gente tan pero tan importante que, en la vida, se ha olvidado de sonreír", agregó el Sumo Pontífice. El Papa Francisco también exhortó a los sacerdotes "a no olvidar, y mucho menos despreciar, la fe fiel y sencilla del pueblo".
"No se vuelvan profesionales de lo sagrado olvidándose del pueblo, ni pierdan la memoria y el respeto por quien les enseñó a rezar (...)", acotó.
El dato
Monseñor Eguren Anselmi, responsable del recibimiento en esta reunión de sacerdotes y religiosos, ha desempeñado un rol importante en la atención al "Niño Costero" en la ciudad de Piura y desde Piura y Tumbes autorizó la presencia de la Mechita y del Señor Cautivo de Ayabaca, en esta festividad del pueblo católico al recibir al Papa Francisco.
