ERP. Los trabajadores ediles de Sullana se encuentran indignados y mortificados por la posición del alcalde Carlos Távara Polo, quienes en su segundo día de paro radicalizaron sus medidas de protesta, expresando el rechazo a su gestión como autoridad edil e incluso lanzaron arengas por la revocatoria, una medida que se habló durante las últimas semanas y que lo sacaría del cargo que ahora ostenta.
Los cerca de 200 trabajadores que realizaron la medida de protestan, estuvieron premunidos de pancartas y banderolas con frases alusivas en contra de Távara Polo, a quien consideran un alcalde de pésima gestión y que se encuentra rodeado de personas poco competentes que contribuyen a este tipo de conflictos.
En su radicalidad, los 254 trabajadores nombrados y 168 obreros, en su marcha que denominaron pacífica arrojaron basura por las principales calles de la ciudad, lo que creó la mortificación de los vecinos de esta localidad. Entre los pedidos que realizan, se encuentra el incremento de sus remuneraciones y el acceso a diferentes beneficios laborales, entre otros reclamos, los cuales deben acordarse mediante negociación colectiva que el alcalde Távara se opone a convocar.
Asimismo, en su intención de tener un diálogo con Távara Polo, los quejosos fueron desairados y se negó rotundamente a atenderlos, justificándose que debería participar en la ceremonia por el Día de la Bandera que se realizó en la plaza Francisco Bolognesi y que debería haberse cumplido el día anterior.
Respecto a esta actitud, el dirigente César Patow, mostró su disconformidad por la desatención del alcalde y expresó que posiblemente estén apoyando el pedido de revocatoria que han impulsado algunos ciudadanos durante la última semana.
En tanto el alcalde manifestó que se ha realizado un ofrecimiento para entregar como bono único de 1000 soles para el 2017; asimismo dijo que pedirá a Procuraduría para que se encarga de impulsar las acciones legales a que hubieran lugar.
Távara Polo, justificó su decisión de crear mayores gerencias, una medida que es rechazada por los trabajadores municipales, por considerarla burocrática y excesiva.
