ERP. Durante mucho tiempo se ha atribuido poderes curativos a las plantas que crecen en la sierra de nuestro departamento, perdiéndose su explicación en lo mítico y lo mágico; sin embargo, los primeros resultados obtenidos tras un estudio de dos años revelan que la altitud donde estas especies crecen estimula la concentración de taninos y compuestos fenólicos, y ésa sería la explicación científica a tales poderes.
Se trata de una investigación realizada en los bosques de neblina y los páramos de los distritos de Pacaipampa (Ayabaca) y El Carmen de la Frontera (Huancabamba) en 19 especies de plantas identificadas como "promisorias", cuya finalidad fue comprobar si tienen los poderes curativos que se les atribuyen, y de ser correcto, en qué proporciones se pueden consumir.
Bosque neblina
"De las 19, tres especies del páramo o jalca y dos del bosque nublado terminaron mostrando valores significativos de compuestos fenólicos, actividad antioxidante y no son tóxicos", revela este jueves 29 el portal FACTORTIERRA.NET al presentar los resultados preliminares de una investigación conducida por los investigadores Fidel Torres Guevara y Mayar Ganoza Yupanqui con la participación de comuneros organizados en los dos distritos andinos antes mencionados.
Las especies que resultaron tener mejores perspectivas en términos medicinales son el lanche, la payana, el pega-pega o cadillo, la hierba del toro y el chupicaure; aunque también se advierte que sus beneficios pueden aplicarse a la cosmetología y la nutrición en general. http://journal.upao.edu.pe/PuebloContinente/article/view/598
Según el artículo, los análisis fueron realizados al mismo tiempo en la Universidad Nacional de Cajamarca y la Universidad Nacional de Trujillo, que tienen instalaciones especializadas en estos procedimientos, encontrándose que las hojas parecen tener la mayor concentración de sustancias que confieren las propiedades curativas atribuídas por la población.
Poleo del inca.
De este modo, la ciencia valida el conocimiento tradicional que nuestras abuelas desplegaban cada vez que sus hijos o nietos se enfermaban.
Los autores del estudio hicieron hincapié que las comunidades participantes no fueron tomadas únicamente como fuentes del conocimiento tradicional, sino que se convirtieron en parte del equipo científico.
Payana
La investigación fue anunciada en abril de 2016, y fue financiada por el Programa Nacional de Investigación Agraria, el Instituto de Montaña y las organizaciones comunales involucradas.
Chupicaure
Los resultados preliminares pueden consultarse en http://www.factortierra.net/2018/0329/
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[Fotos proporcionadas por Fidel Torres, distribuídas por FACTORTIERRA.NET]
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