ERP/M.Seminario: En la pasada década del 90 y en la primera del siglo XXI, visitamos con mucha frecuencia a don Guillermo Riofrío Morales, acompañado de Andrés Vera Córdova, César Leigh Arias, Raúl Zevallos Ortiz, Frank Távara Gamio, algunas veces con Leopoldo y Roberto Ramírez Ruiz, y otras tantas con Jorge Barrantes Arrese y José Carlos Carrasco Távara. Eran días de gran tertulia sullanera, don Guillermo era el actor principal, y nosotros a su lado, siempre atentos a los dictados del maestro, Andrés y Raúl, siempre grabadora en mano, registraron para siempre las voces de don Guillermo, cuando cantaba, recitaba y hablaba, ellos poseen esos testimonios, que nos permiten ahora escuchar al autor de “La Perla del Chira”, como si estuviera vivo.
En reconocimiento a su gran labor, el congresista José Carlos Carrasco Távara, logró que se le concediera una pensión vitalicia, con la que pudo enfrentar las estrecheces de su vejez, en los últimos días, gesto que enaltece al desaparecido político, al pensar humanitariamente, en un hombre al que Sullana le debía mucho. Unos años antes, en el primer gobierno del alcalde Jorge Camino Calle se le concedió por unos meses, una pensión, que ligeramente le sirvió para pasarla bien.
Para quien no lo sabe, GUILLERMO RIOFRÍO MORALES, es el autor, el compositor del celebérrimo todero LA PERLA DEL CHIRA, un gran himno para Sullana, una canción que sintetiza el amor que le tuvo a la tierra que lo vio nacer, uno de sus hijos más destacados, quien tejiendo notas musicales, como quien hilvana hilos de oro, fabricó un gran trofeo que se lo ofrendó a Sullana. No hay sullanero que no haya cantado este tondero, o por lo menos que no lo haya escuchado, los que vivimos fuera lo cantamos a grandes voces, con el alma, cuando la ocasión lo amerita, y el sentimiento nos motiva; solamente ayer, cuando hablaba con la Sra. Manuela Arellano de Negrini, sobre la ubicación de las antiguas picanterías de Sullana, se puso a tararear la canción, porque pese a vivir en Lima, sigue siendo sullanera, y fortalece su sentimiento, cada vez que escucha “La Perla del Chira”. Lo mismo le ocurre a Florencia Vargas Rey, quien conoció a casi todas la máximas expresiones del arte culinario que menciona Riofrío, pero que además añora el pescado frito que vendía “La Vitorina” en el Alto de la Paloma, actual Barrio Sur, según ella, para freír pescado, nadie mejor que esa señora de la calle Sucre.
Guillermo Riofrío Morales nació en Sullana, el 25 de junio de 1915, y falleció en Lima, en mayo de 2010, siendo trasladados sus restos a la ciudad de su nacimiento, por gestión y apoyo conjunto de la Asociación Cultural Tallán que preside Luis Ernesto Mendoza Ramírez, y del congresista José Carlos Carrasco Távara. Yo creo que cuando Guillermo Riofrío Llegó al cielo, lo recibieron con una gran jarana, doña Lola Cruz de Acha, la recordada Capullana, él hubiese preferido llegar con paseos en las canoas, y no convertido el algo etéreo que se dejaba notar al calor de la mañana, y seguro que lo recibieron las Coloma, con el rico seco de chabelo y estilao de la Simona, en esa jarana no habrá faltado el sabroso sabor del claro servido en un chirihuaco, y por supuesto, el cebiche no se quedaba atrás , a veces de caballa, y también de peje blanco. No tuvieron necesidad de ser invitadas para dar la bienvenida a Riofrío, la Cristina, Bayona, Ancajima, Rafaela, la Mama Elena y la Sunciona. Él sabía que iba a volver a su tierra, no quería que sus restos descansaran en otro lado, y fue una promesa que procuramos cumplir, enviándolos a Sullana para que repose para siempre en La Perla del Chira, que ahora lo recuerda rindiéndole el homenaje que merece por estos 100 años de gloria.
Miguel Arturo Seminario Ojeda/Presidente Honorario de la Asociación Cultural Tallán.
Foto 01: Guillermo Riofrío Morales en 1921, con su mamá y parientes maternos.
Foto 02: Con el historiador Miguel Arturo Seminario Ojeda, en 1988
Foto 03: Con Alicia Maguiña, en las elecciones en APDAYC en abril de 1977.
