Por: Nelson Peñaherrera Castillo
ERP. Hay dos cosas que me preocupan del último mensaje presidencial de Ollanta Humala: programas sociales y la inexistencia de Piura.
Si bien para la parte beneficiada de la población puede representar una bendición (claro, veamos quiénes realmente son parte beneficiada), ¿hasta qué punto son sostenibles?
El crecimiento económico del Perú se ha desacelerado. De un 6% a 7% anual que teníamos hace un lustro, ahora andamos a la tercera parte de ese ritmo.
Si crecemos menos, lógicamente generamos menos recursos. Si hay menos recursos, ¿con qué fondos se van a mantener toda la andanada de programas sociales que se mencionaron en el mensaje de ayer?
Si una persona es hábil, sabe que la respuesta lógica es priorizar los más importantes, los que van a representar réditos sociales (no es lo mismo que réditos políticos) a largo plazo. Por ejemplo, Beca 18; pero antes el gobierno debe supervisar quiénes operan el proyecto, porque, por lo menos en Sullana, está más improvisado que la patada.
El problema es que esta visión parece no existir en quienes toman decisiones, y capaz que mantendrán todos los programas –si es que no crean otros nuevos- con tal de que los réditos sean electorales.
¿Cómo se financiarán? ¿Usando nuestras reservas?
¿Mencioné que el país no ha crecido lo suficiente porque se ha desacelerado? ¿Qué pasará el día en que comience a aparecer déficit?
Humala ni siquiera lo consideró, a juzgar por el texto del mensaje.
Capítulo aparte me parecen los supuestos logros en educación. Si el Presidente considera que el aumento de sueldos es garantía de calidad, lamento decirle que anda bien equivocado.
Remunerar a un o una profesional por la calidad de su trabajo sí me parece justo y necesario, claro está, siempre que lo verifique objetivamente; pero, pretender que un aumento de sueldo haga aparecer la calidad profesional por generación espontánea (de plata) es lo mismo que creer en el trineo de Papá Noel.
Ahora que entro a escuelas muy seguido, pienso que la inequidad entre calidad y salario se mantiene. Por supuesto que hay profes que se merecen el aumento, pero otros y otras, la verdad, deberían recibir carta de despido.
Y no solo en ese sector. En otros, como Salud, es evidente esta inequidad, donde la ‘argolla’ recibe buen trato laboral, mientras que profesionales de calidad deben casi besar los pies de la persona encargada de repartir chamba solo para que les reciban el expediente de postulación.
Entonces, Humala está tratando de vendernos un país de etiqueta socialista calificado con indicadores capitalistas. Sí, un arroz con mango de proporciones.
el otro aspecto, como mencionaba al inicio, fue la ausencia de Piura en el mensaje. Alguien reportó que habló de la modernización de la refinería de Talara. ¿En serio lo hizo? Quizás lo nombró, pero ¿lo profundizó?
Humala no dijo ni jota del Alto Piura, ni del eje carretero serrano que termina en Vado Grande (Ayabaca), ni cuál es el plan A o el plan B si El Niño decide llorar en menos de medio año; y sobre este punto, los piuranos y las piuranas que casi estamos en los 40, sabemos la miseria y el desorden que produce.
Para el segundo departamento más poblado del Perú y tercero en peso electoral, ese ninguneo suena muy mal. a menos que haya conejo encerrado en la chistera… pero, ¿estamos para soportar soluciones al sonido de un ‘boing’ o con un coqueto meneo de nariz?
Dato anecdótico: Humala no saludó a la vicepresidenta Marisol espinoza cuando dejó el Congreso. ¿eso dice el protocolo? ¿Le hizo el ‘chu’ (sí, amigo, te robé tu frase)?
Cosas para pensar…
Obviamente, el Primer Mandatario puede enmendarse (le queda un año), pero creo que debe pensar con enfoque de sostenibilidad. Será peor el día en que descubramos que, por tanto regalar pescado, la gente se volvió inútil para pescar… igualito como pasó en el gobierno de Fujimori.
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