Comuneros e instituciones trabajan para controlar incendios forestales en Piura

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ERP. Más de cuatro mil hectáreas son afectadas en las provincias de Ayabaca y HuancabambaLos comuneros de los distritos de Huancabamba, junto a las autoridades locales y el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) del Ministerio de Agricultura y Riego, realizan un arduo trabajo por controlar los incendios forestales que aún se mantienen activos y amenazan los bosques montanos y las cabeceras de cuenca.

En el distrito de El Carmen de la Frontera, el fuego alcanzó el Área de Conservación Privada Chucuate Chinguelas de la comunidad campesina Segunda y Cajas. La intervención de los comuneros, la municipalidad distrital, la ONG Naturaleza y Cultura Internacional y la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre (ATFFS) Piura, oficina descentralizada del SERFOR, permitió controlar las llamas que afectaron más de 1,000 hectáreas de bosque.

El equipo de la ATFFS Piura, también, participó de la ardua jornada con los pobladores del caserío Quevedos con la finalidad de controlar uno de los puntos de fuego. En este sector del distrito de Sóndor, son más de 800 hectáreas de bosque montano que consume el incendio forestal y que por el difícil acceso aún no se puede apagar por completo.

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Mientras tanto, aún se realizan las acciones para controlar el fuego en los distritos de Sondorillo, Canchaque y San Miguel de El Faique, en Huancabamba.

Asimismo, la ATFFS Piura coordina con las comunidades, autoridades regionales y locales, y organizaciones no gubernamentales trabajan coordinadamente para contrarrestar el fuego en los distritos de Pacaipampa y Frías, que afectan más de 1,000 hectáreas de bosque.

El responsable de la ATFFS Piura, Ing. Rafael Velásquez Campos, informó que según las primeras indagaciones con los dirigentes comunales y de las rondas campesinas, los incendios forestales se habrían originado por la quema de pastizales y limpieza de maleza en la actividad de preparar el terreno para el cultivo agrícola.

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En este sentido, expresó que es una práctica cultural de los mismos pobladores, quienes tienen la creencia que con la quema de los terrenos se atraerá la lluvia. Sin embargo, es evidente que genera un impacto negativo en el medio ambiente, ya que degrada el suelo, pone en riesgo al bosque, a la fauna silvestre y a las familias que viven en las zonas aledañas.

“Es hora de que las autoridades, los dirigentes y agricultores tomen conciencia de que las quemas no garantizan un terreno óptimo para la agricultura ni atraen lluvias. La ceniza no sirve de fertilizante, sino degrada el suelo y se tiene el riesgo latente de provocar incendios”, dijo.

Velásquez Campos, manifestó que en el distrito de Suyo, provincia de Ayabaca, junto a los pobladores, las autoridades del distrito, el Ejército y la Policía lograron controlar un incendio forestal en el sector Cerro Pampa Redonda, que afectó 280 hectáreas de bosque seco.

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Pese, a la inaccesibilidad de las zonas donde se registraron y aún se mantienen activos los incendios forestales, se estima que las áreas dañadas superan las cuatro mil hectáreas, en la región.

Más información

  • La Ley Forestal de Fauna Silvestre, Ley N° 29763, considera que provocar incendios forestales es una infracción muy grave, que se sanciona con una multa superior de 10 UIT, equivalente a más de 39 mil 500 soles.
  • La ATFFS Piura cumplió con reunirse con los dirigentes y comunidades de los sectores, donde se produjeron los incendios, para identificar a los presuntos responsables de las quemas e iniciar el debido proceso administrativo.
  • Los pobladores que habitan las zonas bajas de los cerros que se quemaron expresaron que el humo y las cenizas por varios días causaron malestar y pusieron en riesgo su salud, sobre todo de los menores y adultos mayores.
  • En el distrito El Carmen de la Frontera, en el caserío Huachumo, un comunero perdió una plantación de 4 mil pinos, mientras que otro, 700 cipreses.
  • En las zonas altoandinas, los incendios forestales debilitan los suelos de los cerros, lo que pone en peligro a las poblaciones de las partes bajas, por los derrumbes y deslizamientos.

Fotos: Serfor

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