ERP/A.Abad. Por insectos y roedores. Infecciones gastrointestinales, salmonela y hepatitis A son las más comunes. Exhorta a los restaurantes y locales de comidas a que extremen medidas sanitarias.
Según indicó el médico director del Centro de Salud II Talara, Henry Quispe Jaime, las infecciones gastrointestinales, salmonela, hepatitis A y reacciones alérgicas son algunas de las enfermedades más comunes que provocan los alimentos contaminados por insectos y roedores o las heces de estos, motivo por el cual ha exhortado que los locales de comida deben extremar las medidas sanitarias.
Tras explicar que en el caso de las infecciones gastrointestinales, los gérmenes que más frecuentemente contaminan los alimentos son la salmonela, estafilococos, así como parásitos como la giardia, agentes patógenos que afectan básicamente los intestinos, refirió que estos gérmenes permanecen vivos en el intestino de las cucarachas durante un mes y por eso tales insectos pueden seguir contaminando todo alimento con el que tienen contacto. En cuanto a la hepatitis A, se trata de un virus que al ingresar en el organismo provoca una inflamación aguda del hígado.
Síntomas y tratamiento
El Dr. Quispe Jaime sostiene que estas infecciones gastrointestinales se manifiestan generalmente con dolor abdominal, malestar corporal, náuseas, vómitos, fiebre y diarreas, lo que a su vez provoca mucha deshidratación. En el caso de la hepatitis A puede expresarse con coloración amarillenta de la piel y mucosas.
“Cuando una persona presenta alguna infección gastrointestinal recibe tratamiento basado en rehidratación oral y por vía venosa si es necesario. Si hay dolor abdominal y fiebre se administran antibióticos y, en general, se recomienda evitar el consumo de alimentos crudos, lácteos ni grasas hasta que cese el cuadro diarreico”, detalló.
El médico del Minsa Talara indicó que ante la presencia de insectos, roedores y otros vectores que contaminan los alimentos, la limpieza y la fumigación de los restaurantes y otros locales que expenden alimentos debe ser permanente. “Solo al extremar las medidas de higiene, tanto personal como del establecimiento, y cumplir los protocolos de seguridad alimentaria, se reducirán las posibilidades de contaminación y con ello la exposición de los comensales a enfermedades”, concluyó.
