ERP. Mediante acciones centrales se han dado medidas para enfrentar el coronavirus, convertida en una pandemia de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. El presidente Martín Vizcarra busca resolver un problema sanitario presentado, sin embargo, existen muchos otros que subsisten en la realidad peruana y demuestra que el Estado peruano tiene una deuda con el sistema sanitario.
El coronavirus viene creando serias dificultades sanitarias en otros países del mundo, cuyos impactos no solo son sanitarios; también serán económicos y muchas jurisdicciones vienen perjudicándose, por la menor demanda de sus servicios, como se puede observar en el litoral norteño que vive del turismo.
No es la primera vez que nos pronunciamos respecto al tema de la salud. De acuerdo a concepto, esta debe dar mucho énfasis a la etapa preventiva promocional y cuando un paciente se ve obligado a recurrir al sistema sanitario, debe recibir la atención rehabilitadora y recuperativa en óptimas condiciones de calidad. Esto no sucede.
Coronavirus y el sistema sanitario en el Perú
Sufrir una enfermedad, es someterse al laberinto de un callejón con salida sinuosa y muchas veces con desenlaces fatales. La realidad generalmente aceptada, porque no se puede hacer otra cosa, es el hacinamiento de los hospitales es tal, la falta de especialistas y de médicos en general, que permita resolver un problema de salud; todo ello, se agrega al crítico funcionamiento de todas las redes.
No es culpa de quienes prestan servicios en los establecimientos de salud, quienes es probable realicen esfuerzos denodados para resolver una complejidad; es por culpa de un sistema que jamás fue visto con mucha responsabilidad. En Tumbes, por ejemplo, se construyó un hospital en una quebrada, creció la misma y lo afectó en su estructura, ahora es un elefante blanco signo de los problemas estructurales que no pueden resolver los gobernantes. Esta realidad se repite en diversas partes del país.
En Sullana hace mucho tiempo el Hospital ha colapsado y el que pertenece a EsSalud es insuficiente; pero el primero tarda en encontrar una salida adecuada para su construcción y respecto al segundo no existe nada planificado. Es decir, pasará el coronavirus, es probable el dengue, la malaria y más enfermedades recurrentes de la región y el país, y todo seguirá igual, aunque resulte apocalíptico y pesimista.
De acuerdo a lo especialistas, se debe dar énfasis a la atención primaria de salud, es decir garantizar la asistencia sanitaria esencial accesible a todos los individuos y familias de la comunidad a través de medios aceptables; sin embargo, existe tanto desorden en las redes establecidas, de tal manera que, frente a un problema mínimo, deben concurrir hacia un establecimiento de salud de mayor resolución, porque el primero no estuvo en la capacidad logística de atenderlo.
Coronavirus y el sistema sanitario en el Perú
No es la primera vez que enfrentamos una pandemia, hace un par de décadas fue el cólera el que movilizó al sistema sanitario con el político y se logró derrotarlo; el mismo camino seguirá el coronavirus; sin embargo, es problema que el sistema sanitario siga siendo tan deficiente e ineficaz, causando muertes que podría evitarse y elevando los costos de las familias para su atención en temas de Salud, que el Estado debería proteger.
Tras un problema de esta dimensión, debe existir siempre una acción. Obliga a todos, pero, recuperados de esta pandemia, es posible que se regrese a la queja en solitario y la permisividad de lo indebido; en tanto el sistema sanitario se defenderá como puede respondiendo al paciente que no existe cita, no hay cama, no existe medicamentos y lo que es más preocupante, no existe equipamiento y muchas veces, no tienen los profesionales calificados para resolver una determinada complejidad.
Es el sistema sanitario en general el que se encuentra en crisis, eso no enerva que hayan casos dignos de ser reconocidos y los hay.
