La Feria del Libro de Sullana

Que quienes se desviven diciendo que la cultura no vende en esta localidad están más equivocados que polo en fiesta de etiqueta, más perdidos que huevo en cebiche, más desubicados que torta tres leches en restaurante de comida japonesa.

Tanto la feria como las actividades de presentación tuvieron buena concurrencia, no al punto que no cupiera un alfiler, pero que tira por tierra ese mote que nos han querido endilgar de incultura.

La joya de la corona fue el libro de lujo que se editó por el centenario provincial y que hizo salivar a más de uno que conozco. Sí, literal.

Entonces, hubo saldos positivos con la Feria, y al igual que otros espectáculos culturales de cierto nivel, a mí me dejó la impresión de que Sullana sí es un mercado para apostar por actividades culturales diversas, y cuando hablo de diversas estoy utilizando toda la acepción de la palabra, pues la idea es utilizar al arte como un elemento de integración comunitaria positiva.

Entonces, el reto será tachonar el calendario de los años próximos, y lo que queda de este, con actividades culturales para todos los públicos, de tal modo que la gente no piense solo en gastar su dinero en la cuadra 20 de la José de Lama.

Hará falta hacer un buen mercadeo, pero es una inversión que vale la pena porque estamos hablando de educación y fomento de la salud mental (que en la cuadra 20 de José de Lama, la Champagnat y similares no se consigue, francamente).

Esto no es chamba exclusiva de la municipalidad, sino que debe incorporar al sector privado y a la propia comunidad. Si no se da esa sinergia, fracasará.

La cosa es abrir nuestra mente, dejar de pensar que solo lo tradicional nos pondrá en órbita. Si del cielo caen limones, hagamos limonada... o sembrémoslos: todavía son rentables.

¿Cuándo será la siguiente actividad? Avisen.

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