ERP/A.Abad. Inacción y favoritismo con distintos negocios que transgreden las normas de la ciudad. Los vecinos señalan que este comportamiento de los fiscalizadores no es gratuito. Por las festividades de fin de año, existe alta posibilidad que se arregle económicamente con los propietarios o administradores de distintos negocios de venta de productos o de diversión, poniendo en riesgo la salud y la vida de las personas.
Moradores que pidieron reservar su identidad para evitar represalias, cuestionan que los fiscalizadores hacen operativos contra los negocios formales y casi nunca van contra los informales o contra locales que a vista y paciencia de las autoridades transgreden las normas, como el restaurante Brisa Marina, por citar solo un ejemplo, al cual se le permite que desde los días sábados hasta el lunes interrumpa la vereda para ampliar su local y los peatones tengan que salir a la pista para avanzar su camino.
Igual sucede con otros locales nocturnos y de diversión donde incluso se explotaría a menores de edad. “Los fiscalizadores conocen dónde están ubicados estos antros, que incluso atentan contra la tranquilidad de los vecinos, causan malestar y zozobra en la ciudadanía. Allí no hacen nada”, sostienen los quejosos.
Dentro de los cuestionamientos hechos por la población figura la presencia de locales de venta de bebidas alcohólicas con servicio de anfitrionas o damas de compañía, en muchos lugares con la presencia de menores de edad o adolescentes, donde presumiblemente se ejerce la trata de menores y explotación sexual. Allí tampoco dicen nada, menos programan operativos. La pregunta es ¿por qué?
Los vecinos esperan que el alcalde Bolo Bancayán evalúe a los funcionarios que ejercen estos cargos y de no ser productivos se les debe agradecer por sus servicios; y buscar a profesionales que sean más efectivos para que recuperen el orden que requiere la ciudad.
