ERP. El próximo domingo 08 de marzo como todos los años se rendirá homenaje a la mujer y sobre todo la misión indispensable que ella realiza para el bien de la sociedad. En tal sentido, el arzobispo de Piura y Tumbes monseñor José Antonio Eguren Anselmi aprovechó la oportunidad para reiterar su pedido para que cese la violencia contra la mujer en la Región Piura y en todo el país.
“Al tener su origen cerca del corazón y en el sueño, la mujer es la que trae al mundo el sueño del amor. Si amamos el futuro, si soñamos con un futuro de paz, debemos dar espacio a las mujeres” indica monseñor Eguren Anselmi.
En tal sentido y con gran emotividad, rinde homenaje a la mujer como madre, como mujer esposa, como mujer consagrada, trabajadora, migrante venezolana, a la mujer que cumple el rol de ser
Respecto al homenaje a la mujer trabajadora precisa “Mi homenaje a ti mujer-trabajadora, que participas en todos los ámbitos de la vida social, económica, política, artística y cultural, y así contribuyes a construir una sociedad que reconcilie la razón con el corazón, edificando un mejor futuro tanto para ti, como para tu familia, nuestra Región y el Perú”.
De igual manera y con un sentido de solidaridad, se dirige a las inmigrantes manifestándole “Mi homenaje a ti mujer-migrante venezolana, que lejos de tu tierra y de los tuyos, vives entre nosotros buscando un futuro mejor para tu familia, y sufres muchas veces la indiferencia de los demás”.
Monsenor Eguren pide cese de violencia contra la mujer
Respecto a la realidad y violencia que se vive indicó “Hoy vemos con dolor como a la mujer se la maltrata en su dignidad y misión, se la priva en no pocos momentos y lugares de sus derechos sociales, económicos y políticos, negándoles la igualdad de oportunidades que les corresponde. Se la hace víctima de perversiones tan terribles como la trata de personas, de relaciones sexuales impuestas a la fuerza, de explotación sexual y laboral, de la agresividad del machismo, de una cultura hedonista, del crimen abominable del aborto y de su implacable secuela: el síndrome post-aborto, y de visiones ideologizadas de su verdad antropológica. Incluso vemos con horror como mujeres-niñas y mujeres-adolescentes son víctimas de estos dramas, lo cual merece nuestra más profunda condena y repudio, porque destruye en ellas su pureza, su inocencia, su vida”.
“Por eso reitero la invocación que hice al inicio de este año para que cese la violencia contra la mujer en Piura. Son muchas las mujeres que en Piura padecen el peso de la vida y el drama de la violencia que puede llegar al condenable crimen del feminicidio. Hay que luchar contra esta fuente de sufrimiento, pidiendo que se promueva una legislación y una cultura de repudio a toda forma de violencia contra la mujer” finalizó el arzobispo de Piura y Tumbes.
