ERP/Juan Aguilar Hidalgo. En los últimos días somos testigos de los pedidos para conformar Comisiones en el Congreso de la República con el fin de investigar, entre otras cosas, si hubo o no usurpación de funciones por parte de la ex primera dama.
Lo primero que debo señalar es que no recuerdo una primera dama con tal afán de protagonismo como la Sra. Nadine Heredia, en cada cambio de gabinete o ministro, cada 28 de julio y su ubicación en lugar central, contradiciendo o respondiendo a los primeros ministros o dando luz verde.
Pero, el mismo ex Presidente Ollanta Humala contribuía a este afán de figurar, en cada visita al interior del país donde la señora no lo acompañaba, en sus alocuciones señalaba “les traigo el saludo de Nadine”, como si sobre su investidura hubiera alguien de mayor mando, y él se convertía en un mensajero. Lo normal es que un funcionario de rango menor señale traer los saludos del Presidente, del Ministro, del Gobernador o del Alcalde.
Sin embargo, el problema trasciende a solo el afán de aparecer públicamente, y alcanza a algo fundamental como son las Organizaciones Políticas que están llegando a gobernar y que justamente carecen de Organización, entendida esta en sus tres dimensiones básicas: conjunto de personas (generalmente mayor a dos), con un objetivo común y con administración.
Esta carencia de organización genera “caudillos”, dueños de partidos políticos y genera concentración del poder en manos de unos pocos, lo cual se convierte en un serio riesgo al sistema democrático.
Me pregunto, ¿Dónde estaban los dirigentes nacionalistas cuando se le achacaba a su Presidenta usurpación de funciones durante el ejercicio de su gobierno?, ¿Qué hacía el Congreso de la República ante la sobre presencia de la señora Nadine en actos públicos, actos de Gobierno?, ¿Por qué un Ministro de Estado esperaba luz verde de alguien que no era funcionario (a) público?, ¿Por qué los ciudadanos y ciudadanas hemos sido tan permisivos de los actos de la señora Heredia?
Finalmente, si Nadine usurpó o no el poder, es tarea que le corresponde resolver en primer medida al actual Congreso y finalmente al poder judicial (de ser el caso); pero lo que sí es tarea de todos (as) es preocuparnos por tener Partido Políticos fuertes, con prácticas democráticas serias, con renovación de cuadros dirigenciales, con objetivos y metas claras en pos del desarrollo y mejorar la calidad de vida los ciudadanos y ciudadanas.
