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Dom, Abr

El amor a largo plazo es posible y sostenible

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Por: Nelson Peñaherrera Castillo. Ayabaca es un lugar entrañable para mí porque ha sido el destino de mis vacaciones de medio año. Mis abuelos maternos, como muchos ayabaquinos y muchas ayabaquinas saben, vivían en toda la entrada, donde nacen al mismo tiempo las calles Piura y Arequipa, justo al frente de la llamada Cruz de Palo Blanco, en un promontorio desde donde podías ver los tres cerros emblemáticos del pueblo Ayawaka, hacia donde nace el sol (especialmente el Aypate).

Así que mis vivencias más tempranas comienzan en aquel caserón de mis abuelos, ahora remozado como un restaurante y vivienda (tras su muerte, la familia se deshizo de la propiedad), que continúan cerro abajo pasando por algún costado del cementerio, el pampón que alguna vez se llamó Maracaná, hasta seguir el camino a Suyupampa; y en alguna de esas puertas, avanzar por una trocha de herradura hasta un sitio llamado Rosales, donde se encontraba una de las chacras de la familia Castillo.

Ponentes con integrantes del Colectivo AyawakaPonentes con integrantes del Colectivo Ayawaka.

Para satisfacer la curiosidad de quien me lee o escucha esta columna, la otra chacra se hallaba en el camino de herradura hacia Montero, justo en el paraje conocido como la Nariz del Diablo, el sitio más complicado de avanzar para quienes peregrinan a la fiesta del Señor Cautivo todos los meses de octubre.

Entonces, aunque no lo parezca, Ayabaca es un tema que me preocupa por una doble razón: primero, por mi interés como periodista; segundo, por esa conexión emotiva. Por eso cuando el Colectivo Cultural Ayawaka me invitó a participar en un conversatorio sobre posibilidades de desarrollo para la zona, fue imposible decir que no. Pero, ¿qué desarrollo necesita Ayabaca?

ponentes con organizadorPonentes con organizador.

Primer paso: piensa en “multi”

Un par de meses atrás, la población local, o parte de ella, se movilizó protestando contra un proyecto minero que se viene anunciando hace quince años, y que, mal que bien por una oposición tanto en Ayabaca como en Huancabamba, no es posible que comience. Llamó mi atención sobre esa protesta que sus promotores insistieron en que el modelo de desarrollo local estaba basado en la agricultura y en el turismo. ¡Vaya, ya evolucionamos!, me dije, porque monotematizar un modelo de desarrollo es lo mismo que considerar a una persona como monotalentosa de por vida, y la verdad es que no es cierto: las personas, si queremos, podemos ser multitalentosas.

Lo mismo pasa con el modelo de desarrollo en cualquier territorio: debería ser multitemático. Y la razón es tan simple como que el desarrollo lo construyen las personas, no los esquemas. Si quitas a la persona del esquema, el esquema muere antes de nacer.

El modelo de desarrollo agrícola para Ayabaca, “a priori”, es indiscutible, y quien no se convenza, camine un par de kilómetros fuera de la ciudad y salga de dudas. Y la agricultura jala de la mano a la ganadería, si no se hace insostenible. Y dentro de la propia agricultura, la idea sería tener todo un catálogo de productos que esta tierra buenamente pueda criar. La pregunta es: ¿cuáles?

Francisco Mauricio exponeFrancisco Mauricio exponiendo en evento.

Segundo paso: los números son tus amigos

Y aquí viene lo interesante. Mucha gente defiende modelos de desarrollo basados en una consigna, en el “a priori”, pero cuando le preguntas a alguien que lo sustente de forma tangible, comienzan los problemas. Primera lección: el “a priori” me puede motivar pero me es insuficiente porque en la mayoría de ocasiones parte de un juicio anticipado, y eso es un grave error.

La forma tangible de sustentar que tu modelo de desarrollo es “el modelo” se basa en diagnósticos hechos sobre información tanto de campo como de estadística. Sí, sé que los números no tienen nada de románticos, pero los números nos ayudan a no colocar la carreta delante del caballo… aunque ya casi nadie usa caballo.

Recuerdo que tras esa movilización escribí una columna, aquí en El Regional de Piura, donde dejaba como tarea a la gente de Ayabaca, y en general a toda mi lectoría, que comencemos con un indicador clave que nos dice cuan sustentables somos en términos de economía, el producto bruto interno o el producto interno bruto, dependiendo de dónde viva quien me lea o me escuche. A mí me parece una interesante línea de base asaber cuál es el PBI que Ayabaca tiene gracias a su actividad agropecuaria, por ejemplo. ¿Alguien lo sabe? Como dije, aquel entonces, la información está disponible en el Instituto Nacional de Estadística e Informática, incluso al alcance de un click. Ahora bien, ¿cuál es? Solo como pista, el PBI o PIB agrícola peruano supera el siete por ciento, el doble del PBI o PIB peruano en general proyectado para 2019 en 3,6%.

Ya, si no podemos desglosarnos a ese nivel, al menos cuál es el PBI de la provincia, o el distrito de Ayabaca. Por supuesto que el PBI no es un indicador único pero sí es fundamental, que debe complementarse con otros como la cantidad de tierra existente, la proporción de tierra dedicada al cultivo, a la ganadería, a la conservación de bosques, en fin: números, números, números y que viva la numeración.

Si ustedes le quieren vender su modelo de desarrollo a quien quieran convencer o refutar, yo me pararía fuerte sobre esos indicadores, e indicadores sinceros, no supuestos, no imaginados, no maquillados. Nos va a costar trabajo, pero los amores de verdad no son fáciles. Me consta.

Cesar Panta exponeCésar Panta Barba.

Tercer paso: si quieres aire, abre el abanico

Y no solo con el sector agropecuario. Igual, “a priori”, creo que el turismo en Ayabaca tiene un potencial increíble; pero, es “a priori”, y ya establecimos que aferrarse al “a priori” es un error grave. Si pensamos que Ayabaca es Aypate, caemos en un reduccionismo peligroso, muy parecido al que la gente tiene sobre Talara cuando cree que todo es Máncora, o cuando cree que Piura solo son playas. Y aquí una llamada de atención sobre por qué no terminamos de convencer a todo el mundo que Piura es turísticamente multitemático por sus cuatro costados y en todas direcciones.

Regresemos a Ayabaca: reducir todo lo lindo a Aypate, ya me supone un problema como periodista y más como turista, porque después de Aypate, ¿qué? Yo sé como periodista que también está Samanga, que personalmente me interesa mucho, o Huamba, o Cujaca, o Yanchalá, o El Toldo, u Olleros, o Yanta, o Culucán, o cerquita de la ciudad, en Socchabamba, o más cerquita todavía en Yacupampa, donde está ese combo hermoso compuesto por el Yantuma, el Chacas y el bosque húmedo de Cuyas-Cuchayo. Y por ahí me han pasado el dato de unas cascadas que quieren poner en valor: ¡excelente!

E incluso la misma ciudad de Ayabaca se presta para hermosos circuitos urbanos que, ustedes, a lo mejor ni se han percatado, como uno que nos inventamos con mis productores que parte de la Plaza de Armas, se va por todos losmiradores de la calle Arequipa, llega hasta donde fue la casa de mis abuelos, reposta un ratito en la Cruz de Palo Blanco y baja por toda la avenida Piura hasta llegar otra vez a la Plaza de Armas. Y eso que hay otro por todo el camino a Pampa de Lobo. Y, ojo, eso que no vivo en Ayabaca.

Hasta ahí la oferta existente; ahora, qué servicios tenemos para ofrecer al turista considerando solo dos aspectos básicos como calidad de atención y servicios esenciales: agua segura, manejo adecuado de espacios e insumos, seguridad ciudadana. ¡Todo eso hay que cuantificar!Claro, los románticos me dirán “ya vino el problemático”; pero si ya te convenciste que el “a priori” es insuficiente, estás listo o lista para subir al siguiente nivel.

Una vez que cuantifiquemos todo, tenemos que determinar cuáles cumplen estándares mínimos de calidad que provoquen al turista venir una y otra vez, y traerse más gente. ¡Ahí recién tenemos un modelo sostenible!

ponentesPonentes.

Cuarto paso: proyéctate al mundo

Una vez que tengamos todo esto bien saneado, recién podemos ponerle esa otra pata de la mesa que es mi mayor talento profesional: cómo lo difundimos al planeta. No a tu vecino, no a los ayabaquinos residentes en Piura, sino a todo el planeta, allí donde se ccompite de verdad, y donde incluso hay que hablar en códigos en los que no hemos crecido: do you speak English, by the way?

Y, claro, cómo presentar todo eso con una producción de textos, imágenes, sonidos, anzuelos de mercadeo que hagan irresistible ir a Ayabaca, pero que una vez estés en Ayabaca, compruebes que es mejor de como te lo contaron. Y aquí es cuando recién el romance nace robusto y dura para toda la vida.

Quinto paso: metas tangibles

En este orden de ideas, Ayabaca se puede posicionar como una marca: la Marca Ayabaca. Sé que varios y varias han pensado en eso, pero si pretenden conseguirlo saltando de A a Z sin pasar por el resto del abecedario, van a fracasar;, y la forma exitosa de ir por todo ese camino comienza por saber qué tenemos, saber cómo está, saber qué podemos mejorar, saber cómo vamos a presentarlo, saber cómo vamos a reaccionar ante la respuesta, y saber cómo vamos a evolucionar sobre los primeros resultados.

En otras palabras, gente: planificar estratégicamente Porque de nada me sirve a mí que algo sea hermoso si no tengo todo un entramado detrás que me indique objetivos, actividades, recursos, personas, resultados que me permitan medir si estoy avanzando por el camino correcto o estoy yendo abismo abajo. Sí, algo así como subir a la loca el Yantuma desde Yacupampa, y al llegar a la cima no solo perder el equilibrio sino descubrir que no tenías línea de vida.

Luscor expone

Sexto paso: toma la iniciativa

Ahora bien, yo sé que muchas personas dirán que esto es trabajo de las autoridades, y avísennos cuando todo lo tengan listo a ver cómo le saco provecho. Lamento informar que en el contexto peruano, ésa es la manera más sencilla y rápida de fracasar.

Yo entiendo que lo ideal es que en la construcción social de cualquier comunidad, nuestros liderazgos abran el camino, o cuando menos nos digan por dónde va; pero la realidad es que nuestros liderazgos han demostrado ser incapaces, egoístas y hasta corruptos. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Desanimarnos? No. Ésa no es la opción.

Si los liderazgos formales no están a la altura del reto que demanda lanzar una marca como Ayabaca, no lloremos, no nos lamentemos; apostemos por nuestra propia capacidad de iniciativa. Y en ese aspecto, considero que la iniciativa privada, aunque sea incipiente en cualquier lugar, puede hacer tanto o mejor bien que la iniciativa pública.

Y no hablo de corporaciones; el Perú ha demostrado que mueve el 70% de su economía gracias a las pequeñas y medianas empresas, así como emprendedores independientes de todo tipo (yo incluído); entonces si del cielo caen limones, haz limonada; mejor dicho, si tu aparato productivo es mayormente el “pymetero” o el independiente, construye tu tejido social desde ahí y gestiona el modelo de desarrollo desde ahí.

Sí, la autoridad va a sentirse como cuy en tómbola, pero creo que no hay mayor castigo para cualquier líder o lideresa cuando ve que en la foto no tiene espacio. ¡Y eso es lo que el mundo demanda! Si ustedes ven la realidad internacional, no son los gobiernos los que mueven procesos, son personas como ustedes o como yo quienes lo hacen. ¡Pasa exactamente lo mismo con una comunidad como Ayabaca!

Entonces, cuando haya ese cambio de actitud, y mueva las cosas en una dirección más proactiva, créanme que el capital humano será un valor agregado irresistible para ese capital natural, arqueológico, comercial, agrícola, ganadero, turístico, el que ustedes decidan para Ayabaca, buscando incluir a todo el mundo que quiera sudarla y conseguirla. En otras palabras, cuando una comunidad se vuelve competitiva, cuando trasciende del “a priori” al “a posteriori”, es cuando realmente mejora las cosas. Y cuando las cosas mejoran, es una gran historia para contar. Y cuando hay una buena historia para contarle al mundo, bueno, cuentan conmigo.

Agradecido nuevamente por la confianza, y qué bueno que la gente de Ayabaca esté buscando soluciones en todas partes. Si se mantienen así, les garantizo que ya tienen una buena porción del éxito asegurado. Y quien no se quiera sumar, ¿saben qué?, no pierdan tiempo criticando: concéntrense en lo bueno que ya están consiguiendo que así van a llegar muy lejos.

[Fotos por Nelson Peñaherrera Rojas. Opina en tus redes sociales usando el hashtag #columnaNelson]

Diario El Regional de Piura
 

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