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Sáb, Abr

Hipólito Unanue, y la idea de patria en el Perú

Miguel Arturo Seminario Ojeda
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ERP. Uno de los personajes más recordados en lo que va de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia, es Hipólito Unanue, una de las figuras más emblemáticas de la historia nacional, sobre todo, cuando se trata de la independencia.

Por Miguel Arturo Seminario Ojeda

Director del Museo Electoral y de la Democracia de la DNEF del Jurado Nacional de Elecciones

En la segunda mitad del siglo XVIII, un grupo de intelectuales empezó a difundir sobre la idea de patria en el Mercurio Peruano, publicación periódica que hizo conocer a los peruanos, su realidad económica, social, religiosa, militar, cultural, y todo lo concerniente al virreinato del Perú, desde la mirada de un grupo de hombres identificados plenamente con la tierra en que habían nacido, o que habían hecho suya, al contacto con la gente y su espacio social.

Estas descripciones coloniales del Perú se hubiesen complementado con la descripción gráfica de buena parte del virreinato del Perú, hecha por el obispo de Trujillo, don Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda, pero recién estas acuarelas se conocieron en el siglo XX, después de 150 años que se mandaron a pintar.

El sentimiento de identidad patria

A ese grupo de intelectuales de la segunda mitad del siglo XVIII, perteneció Hipólito Unanue, el precursor de la independencia nacional, que junto con José Baquíjano y Carrillo, fundaron la Sociedad Amantes del País, y tuvieron en el Mercurio Peruano, el órgano de difusión de lo que era el Perú, conscientes quizá, que la identificación con el suelo, lo que genera el sentimiento de identidad, es el conocimiento sobre ello, y eso despierta el sentimiento de hacer suyo lo material y social que existe en él, y en este caso, solo se podía conocer, leyendo.

Su primer artículo se tituló, Idea general del Perú, en cuyo contenido se puede captar su pensamiento ideológico. En el Mercurio Peruano (entiéndase, Mensajero del Perú), se percibe la prioridad de noticias nacionales, frente a otros temas de interés al hombre culto, que con toda seguridad las compartía con otras personas interesadas en conocer las raíces y la actualidad de su patria, todo el contenido tiene un gran toque nacionalista.

Hipólito Unanue y Pavón nació en Arica, el 13 de agosto de 1755, y falleció en Lima el 15 de julio de 1833. Fue hijo de Miguel Antonio Unanue y Montalivet, y de Manuela Pavón y Salgado de Araujo. Casó con Manuela de la Cuba y Ballón, y en segundas nupcias, con Josefa de la Cuba, con quien tuvo descendencia. Sus estudios iniciales los hizo en Arequipa, en el colegio San Jerónimo, y pese a estar orientado inicialmente hacia la carrera eclesiástica, pronto comprendió que su vocación estaba en la ciencia, graduándose de médico, mientras paralelamente crecía en conocimientos sobre física, matemática, literatura clásica, latina y griega.

En la Universidad de San Marcos fue titular de la cátedra de anatomía, y en ese prestigioso centro de estudios fundó en 1782, el anfiteatro anatómico, al mismo tiempo que proyectó la creación del colegio de San Fernando, que recién se estableció bajo el gobierno del virrey Fernando de Abascal. Unanue fue reconocido en vida, al ser incorporado a diferentes academias científicas de su época, instituciones de gran prestigio cultural en el mundo. Junto con el naturalista José Pavón, trabajó la “Flora Peruana”.

Después que el general José de San Martín llegó al Perú, y se realizó la entrevista de Punchauca en 1820, por encargo del virrey Joaquín de la Pezuela, Unanue asistió en su representación, para tratar sobre negociaciones de paz con los enviados de San Martín, sin que llegaran a ponerse de acuerdo. Después que se juró la independencia, fue fundador de la Orden del Sol, miembro de la Sociedad Patriótica y Ministro de Hacienda. Unanue recibió la Orden del Sol del Protector José de San Martín.

Una memoria perdurable

Resultó electo para el primer Congreso Constituyente de 1822-1823, representando a Puno; y en el de 1826 a la provincia de Arica. En el Congreso de 1822, fue reconocido como Benemérito de la Patria en grado Eminente; y tras la llegada de Bolívar, cuando el Libertador se ausentó de Lima, fue encargado del mando supremo, entre 1825 y 1826.

Hipólito Unanue buscó acercar el Perú a los peruanos, contribuyendo con esto a la formación de la conciencia de patria, y para eso publicó entre 1793 y 1797, la “Guía política, eclesiástica y militar del virreinato”, donde se consignan datos estadísticos e históricos, que presentaban a los peruanos, lo que era el Perú en esos momentos.

Murió en San Vicente de Cañete, en 1833. Sus restos descansan en el Panteón Nacional de los Próceres de la Independencia, desde el 16 de octubre de 1927. Unanue es uno de los peruanos que está en la memoria colectiva de sus connacionales, su nombre está en calles, avenidas, plazas e instituciones educativas, que lo recuerdan como médico, meteorólogo, naturalista y docente universitario, pero por sobre todo, como un gran precursor de la independencia nacional. Una calle en Sullana, y otra en Castilla-Piura, llevan su nombre.

Ataud de Hipolito UnanueAtaúd de Hipólito Unanue

Diario El Regional de Piura
 

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