ERP. Miguel Arturo Seminario Ojeda. El Perú tiene a uno de los románticos más grandes de la poesía americana, juicio que hicieron los contemporáneos del poeta Carlos Augusto Salaverry, ese poeta tan peruano como nosotros, que nació en jurisdicción sullanera, en La Solana, comprensión del distrito de Lancones.
El 3 de diciembre se celebró el Centenario de creación distrital, y al día siguiente, el 4 de diciembre, se conmemoró el 187 aniversario del nacimiento del poeta.
Carlos Augusto Salaverry nació en La Solana, el 4 de diciembre de 1830, hijo de don Felipe Santiago Salaverry del Solar, y de doña Juana Vicenta Ramírez de Gastón Duarte, considérese, que el don y doña, de acuerdo a las costumbres y prescripciones de la época, señalaban el rango social y económico de las personas, como lo hemos leído en publicaciones genealógicas, y lo hemos constatado en la documentación de los siglos XVI al XIX.
Juana Vicenta Ramírez de Gastón Duarte, la madre de Carlos Augusto Salaverry Ramírez, nació en la ciudad de Piura, hija de José Francisco Ramírez de Gastón Dertier, y de Juana Duarte, una de las propietarias de La Solana, y de tierras en Alamor, que después se fraccionaron en manos de sus herederos.
Sabemos del inicio de los amores entre don Felipe Santiago, y doña Juana Vicenta, por el relato de Francisco Vegas Seminario, en su libro, “Cuando los mariscales combatían”; y hemos verificado la presencia de Salaverry en Piura, Querecotillo y Alamor, por la documentación que oportunamente hemos publicado y mencionado, como se registra en los fondos documentales de la Biblioteca Nacional, en Lima, y en el Archivo Regional de Piura.
Recuerdo que en los años 60, cuando se repatriaron los restos de Salaverry al Perú, desde la capital francesa, hubo una polémica sobre el lugar de su nacimiento, lejos estaba yo de imaginar, que alguna vez la investigación histórica me llevaría a dar con la prueba contundente, para demostrar, más allá de la tradición familiar, que el poeta nació en jurisdicción sullanera.
Y donde está la prueba? en la cláusula EX LICENCIA PARROQUIA, que se estampa en la partida de bautismo en la Catedral de Piura, cuyo significado, es, que se le bautizaba con licencia de su párroco de origen, o sea, el niño nació fuera de jurisdicción de la parroquia de San Miguel Arcángel, que era la de la ciudad de Piura. He aquí la transcripción, donde se anota los nombres de sus padres:
“Año del Señor de mil ochocientos treinta"
En dieciocho de diciembre: Yo, Don Miguel de la Cruz y León, ex licencia Parroquia Bauticé, puse óleo y crisma a Carlos Avelino, párvulo de 15 días de nacido, hijo natural de don Felipe Santiago Salaverry y de doña Vicenta Ramírez; fueron sus padrinos don Pablo Seminario y doña Paulina Godos, a quienes advertí su obligación y espiritual parentesco, y para que conste lo firmo.-Miguel de León y Cruz”. (Libro de bautismos N°13, folio 127 vuelta).
Como se puede apreciar, bien claro se anota los nombres de los padres, ella era doña Vicenta Ramírez, heredera de la hacienda La Solana, tierra donde vio la primera luz el poeta Salaverry, tierra de la que fue llevado a Lima posteriormente, porque el código civil vigente así lo mandaba, los hijos tenían que vivir con el padre, como ocurrió con los niños Grau Seminario.
Y nada más claro en esto, que el testamento de Felipe Santiago Salaverry, al señalar que tenía un hijo natural, habido en Piura, con doña Vicenta Ramírez, y mencionando, que aunque el niño tenía derecho a los bienes de su madre, era su deseo, que permanezca al lado de su esposa.
Tanto la partida de bautismo, como el testamento son fuentes primarias irrefutables de los nombres de los progenitores, nuestro poeta, volvería a la tierra de su madre, cuando siendo militar fue comisionado para ir a Piura, en el cumplimiento de órdenes superiores, como se registra en el Archivo Histórico Militar del centro de Estudios Histórico Militares del Perú.
No sabemos aún, en que año murió doña Vicenta Ramírez Duarte, si falleció en La Solana, en Sullana o en Piura, pero si aún vivía en los años 50 y años 60, y no se había visto por muchos años con su hijo, seguro que fue la ocasión para un reencuentro.
Nota:
El testamento de Felipe Santiago Salaverry, se puede leer en varias publicaciones impresas y por internet, y la partida de bautismo de Carlos Augusto Salaverry Ramírez, en la biografía que se publicó a fines del siglo XX, en la editorial Milla Batres.