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Jue, Nov

Entre la burla a la democracia y la legitimidad del gobierno

Miguel Arturo Seminario Ojeda
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ERP. La historia de la democracia en el Perú, tiene capítulos de luces y de sombras, los unos asociados al orden social emanado desde los estamentos de gobierno y leyes socialmente construidas, y los otros, protagonizados por quienes con apetencia por el ejercicio del poder político, lo capturaban a la fuerza, burlando a la democracia.

Por Miguel Arturo Seminario Ojeda

Director del Museo Electoral y de la Democracia de la DNEF del Jurado Nacional de Elecciones

Aún recuerdo cuando un 3 de octubre de 1968, se burló a la democracia, y a la voluntad de los peruanos y de las peruanas expresada en 1963, cuando se eligió como Presidente Constitucional a Fernando Belaunde Terry, arquitecto de tradición política familiar, que desde 1945 había incursionado en ese campo. Ese 3 de octubre, se impuso la bota militar, reviviendo no solo un hecho cercano de hacía 6 años, sino todas las páginas que golpe tras golpe habían herido a la democracia en los siglos XIX y XX, herida de muerte, pero sin matarla.

Yo estaba empezando la secundaria cuando ocurrió todo esto en 1968, de inmediato se transmitió por los medios una gran cantidad de noticias y comunicados contra el régimen caído, señalando temas de los más inverosímiles, tratando de justificar el golpe, en lo que al parecer creyó un gran porcentaje de los ciudadanos, pese a que las evidencias mostraban una apetencia de poder político, al que dijeron amén, no solo militares, sino también civiles que empezaron a aceptar los cargos que les vinieron, muchas veces por conveniencia propia, y no por el beneficio popular.

Fernando Belaunde Terry 1Fernando Belaunde Terry

Eran tiempos en los que esos golpes de Estado se vivían y se aceptaban en toda América Latina, era como si fueran parte de la normalidad, y sobre la que debería estar alerta quien obtuviera el poder de manera legal, y gobernara de modo legítimo. Se estaba distante de los días en los que la educación cívica ciudadana haría reflexionar a los ciudadanos y ciudadanas por la defensa de la democracia, y al entendimiento de que es un derecho del pueblo la aceptación y el rechazo basado en el ordenamiento jurídico, y no en la dictadura militar.

Durante el gobierno del piurano Juan Velasco Alvarado, se nacionalizó el petróleo, previa toma de los yacimientos de La Brea y Pariñas; poco después se oficializaría el quechua, se dictaría la Ley de Reforma Agraria, y otras medidas que hicieron aparecer a Juan Velasco Alvarado como el restaurador de la dignidad nacional, pese al atropello cometido contra la democracia.

 

Juan Velasco AlvaradoJuan Velasco Alvarado

Ese fue el escenario en el que los adolescentes de fines de la década del 60, y comienzos de la del 70, empezaron a conocer la democracia, privándose de ella, retrasando la oportunidad de elegir a sus nuevas autoridades en el proceso que correspondía a 1969.

se tuvo que esperar 10 años para votar para Asamblea Constituyente, para que el poder de la voz del pueblo se escuchara a través de sus representantes, y se construyera una Constitución que consideraría la nueva realidad, diferente a la anterior de 1933, promulgada durante el gobierno del piurano Luis Miguel Sánchez Cerro.

Desde la politología, y desde la sociología, si bien el gobierno de Velasco Alvarado, fue ilegal, si se considera legítimo, entendiendo a la legitimidad, como el grado de aceptación y aprobación del ejercicio del poder, por alguien, dentro de las mayorías. Y esto, se debe según los estudiosos, a las medidas socioeconómicas que enmarcaron su gobierno hasta 1975, cuando el general Francisco Morales Bermúdez lo sacó del escenario del poder político, justificando su actitud, con la necesidad de una renovación del ejercicio de la autoridad.

Si bien las medidas del gobierno de Velasco Alvarado se orientaron hacia el bienestar general, hasta hoy es cuestionable el camino que se siguió para hacerlas efectivas, sin el logro de los resultados esperados. Actualmente los ciudadanos y las ciudadanas, están alertas al ejercicio de gobierno que corresponde a las autoridades, así como están seguros de ser los primeros en protestar, frente a cualquier atentado contra la democracia a través de golpes de Estado, hoy ausentes en América Latina y en el mundo.

Diario El Regional de Piura
 

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