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Lun, Dic

Siete talentos Pronabec que motivan a futuros docentes interculturales bilingües

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ERP. Oriunda del Centro Poblado Machacmarca, distrito Cupi, en la provincia de Melgar, en Puno, Silvia Bovadilla Mamani pisó por primera vez la capital peruana el 2 de mayo del 2014. Ahora que es profesional, recuerda esa fecha con alegría y un profundo suspiro. Llegó a Lima ese día para empezar a estudiar la carrera de Educación Intercultural Bilingüe (EIB) en la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), tras ganar el concurso Beca 18 EIB del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.

Vivir en Lima, pensar en quechua –su lengua materna– y hablar en español y esforzarse por adaptarse a la ciudad, al anonimato y estar lejos de los suyos, no fue fácil. Quizá, por eso, entonces solo planeaba terminar su carrera y volver a su hogar. “Yo nunca pensé en viajar más. Pensé que solo me quedaba en Lima, pero esta vez tuve que hacerlo”, dice.

En efecto, desde que asumió en setiembre pasado junto a otros seis talentos Beca 18 EIB la misión de ser tutora itinerante de la UPCH para 80 estudiantes ingresantes del primer ciclo de la carrera de la que ella egresó en el 2019, le ha tocado derribar sus propios mitos y cruzar nuevas fronteras.

Como parte del equipo de tutores, su rol es acompañar pedagógicamente a los nuevos talentos Pronabec Beca 18 EIB de la UPCH. Debido a la pandemia por el Covid-19, estos futuros profesionales toman clases virtuales, muchos de ellos, desde sus comunidades campesinas e indígenas o pueblos a los que se han mudado solos, en cuartos independientes, para acceder a internet y electricidad sin interrupciones.

Es un rol esperanzador, a través del cual su casa de estudios no solo busca reducir el riesgo de deserción de los estudiantes, sino también fortalecer su orgullo lingüístico y cultural y coadyuvar en la creación de la nueva generación de docentes interculturales bilingües. No es un reto menor.

Del total de talentos Beca 18 EIB – 2020 que estudian en la UPCH, Silvia tiene 10 estudiantes a su cargo: 5 de Cusco, 4 de Áncash y 1 de Contamana, en Loreto.

Vilma y Rene

Vilma Quispe Pari ganó Beca 18 EIB del Pronabec en el 2014, egresó en diciembre del 2019 y tiene a cargo 13 estudiantes de Apurímac. Es de Puno, pero desde setiembre pasado vive en la ciudad de Abancay, desde donde se desplaza hacia las provincias apurimeñas de Cotabambas, Antabamba y Grau.

La joven de 25 años valora la oportunidad de haber estudiado una carrera becada y, más aún, que su casa de estudios les confíe el rol de tutores. “Me siento feliz, porque es ayudar a los chicos con experiencias que he vivido”, asegura. Explica que un reto común en los estudiantes EIB es la autoidentificación cultural. “Es bonito poder acompañar a los chicos en ese proceso. Nuestra cultura tiene valor, no es menos que el castellano o el inglés”, afirma.

Eso mismo sintió el 22 de diciembre pasado Rene Gaby Quispe Hancco, tutora de 12 talentos Beca 18 EIB en Apurímac. Ese día, la talento visitó, junto a algunos de sus estudiantes, el Complejo Arqueológico de Sondor, ubicado a una hora de la ciudad de Andahuaylas, donde se mudó cuando decidió asumir el desafío de ser guía de los futuros maestros. Fueron allí a hacer un compartir y conversar sobre la cultura Chanca, cuyos registros datan del siglo XIII. “Los chicos se sienten identificados con lo indígena”, afirma la joven puneña de 24 años. Ella asegura –como Vilma– sentirse identificada con los estudiantes y alentada por sus padres. “Me decían, 'Gaby, maestra, me lo vas a ayudar a mi hijo, quiero que esté en la beca. Así como tú has terminado, quiero que mi hijo termine'”, cuenta.

Jonasa y Rubén

Jonasa Gamarra Sano, de 23 años, creció y estudió primaria y secundaria en el distrito de Llalli, Melgar, Puno. También estudió EIB becada por el Pronabec. En la actualidad, es tutora de 11 estudiantes: 9 de su región, 1 de Cusco y 1 de Arequipa. Coordina con ellos de manera virtual para realizar talleres de reforzamiento académico. Además, está en contacto con ellos vía redes sociales y teléfono.

Como docente, observa que la alfabetización digital es un reto significativo para los becarios EIB de las comunidades lejanas que visita y donde a veces duerme. “Tienen problemas para manipular una laptop, copiar o pegar, descargar una imagen, crear carpetas en Google Drive, etc.”, comenta Jonasa. En ese sentido, está orgullosa de ayudarlos a adquirir dichas habilidades y aconsejarlos. “Cuando los estudiantes se sienten tristes, preocupados y estresados, los apoyo orientándolos, conversando con ellos, a veces contándoles mi propia experiencia para que tengan idea de la vida universitaria”, señala la docente quechuahablante.

Rubén Tamero Yucra Ccahuana es de Cusco y, desde que es tutor de 10 becarios de Huancavelica y 3 de Junín, pasa la mayor parte de su tiempo viajando. “A veces me quedo en la casa de alguien o en un hotel. Lo que pasa es que los estudiantes están en provincias y para llegar a sus casas se demora”, sostiene. Cada trayecto para encontrarse con los universitarios es una experiencia única, como aquella vez que tuvo que dormir en un tambo en Huancavelica y conoció a un ingeniero con quien en la actualidad planea realizar un trabajo etnográfico en su región. Recientemente licenciado, el joven advierte las limitantes de sus estudiantes en materia de comprensión lectora y matemática y acceso a internet; sin embargo, los ve “entusiasmados” y con mucha voluntad para seguir aprendiendo. “Cuando pase todo esto, tienen que irse sí o sí a Lima, porque necesitan interactuar con sus compañeros y tener la experiencia de vivir en una ciudad distinta”, opina.

Angelica y Mayra

Ese será un momento clave en su formación, según Angelica Choque Coaquira, tutora de 11 talentos Beca 18 EIB de la UPCH de Ayacucho. “En la educación EIB se requiere mucho de ellos (los docentes y compañeros), porque es parte de la práctica intercultural de intercambiar saberes en forma concreta”, afirma. Como Silvia, Vilma, Gaby y Jonasa, Angelica es de Puno y decidió mudarse a Huamanga para estar más cerca de sus “acompañados” que viven en provincias cercanas, como Huancasancos, Lucanas y La Mar.

Dicha ubicación también le permite estar más cerca de 2 estudiantes que se mudaron a Ica y 1 a Lima para tener una mejor conexión de internet. “El acompañamiento es personalizado”, sostiene y suma a los retos de los talentos Beca 18 EIB, las horas frente a la pantalla que impone la educación virtual. “Eso a veces genera un poco de estrés”, comenta la joven licenciada, quien no declina en su misión. “Quiero alentarlos a que sigan dando lo mejor de ellos. En nuestras manos está formar a personas que tengan la sensibilidad y el respeto entre nosotros y la naturaleza”, señala.

Mayra Jomara Ccahuana Aguilar también se convirtió en tutora de talentos Beca 18 EIB de la Cayetano. Ella ganó el concurso Beca 18 en el 2014 para estudiar EIB y hoy acompaña a 10 estudiantes de Cusco, donde nació. “Es la primera experiencia de trabajo que tengo”, comenta la flamante egresada y asegura que ser tutora sí tiene sentido. No solo para los estudiantes, sino también para sus familias, ya que al ponerse en contacto con docentes EIB, quienes cuentan sus propias experiencias, les genera confianza y empatía. “Hay que dar el ejemplo de que sí se puede”, anima Mayra. Es una certeza que comparte con el resto de tutores, quienes saben que la motivación es un buen método, para enseñar y, por supuesto, también para aprender.

Diario El Regional de Piura
 

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