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Mié, Abr

Gobierno de Ollanta en una encrucijada inesperada

Editorial
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congreso-de-la-republicaERP. El Gobierno del Presidente Ollanta Humala enfrenta su peor momento. La designación de René Cornejo como Premier no ha sido tomada con normalidad y se dice que responde a los intereses de la esposa del primer mandatario; incluso muchos opositores han calificado al equipo ministerial como el "Gabinete Nadine Heredia". Con pocos votos a favor y muchas abstenciones, los congresistas no dieron el voto de confianza esperado y de aplicarse la Constitución Política del Perú los ministros, sin excepción, deberían renunciar. 

Sin embargo, el camino que vendría no es el de la legalidad. Al contrario, se abre paso a la negociación interesada para que René Cornejo, siga en el puesto y ciertas bancadas le otorguen en una tercera votación, el voto de confianza que no pudo lograr en las dos anteriores. Varios voceros han dado su opinión, que podrían modificar su abstención para que el Gobierno al final mantenga su Gabinete. 

En un Perú, cuyo sistema democrático es muy precario, este tipo de cosas ponen en riesgo la institucionalidad. Todo se encuentra cimentado en la omnipresencia de la primera Dama en las decisiones de gobierno. Aunque Ollanta Humala ha tratado de justificar estas actitudes, no existe un acto correctivo que conlleve al ejercicio real del poder, por quienes fueron elegidos. 

Es una situación incomoda, que el propio presidente deberá con mayor responsabilidad y menos emociones, resolver por el bien de su propio gobierno. 

Respecto al nuevo Premier, en el Perú existen profesionales de alto nivel que pueden ocupar ese cargo. El creer que la presencia de René Cornejo es básica, única y fundamental, es un argumento utilizado en el gobierno de Fujimori. No existen indispensables en los cargos, y lo que Ollanta Humala debe realizar, es simplemente adoptar decisiones leyendo adecuadamente cual es el sentir ciudadano.

Se equivocaron con el mal trato a César Villanueva Álvarez, no les queda más que aprender de esta lección y escoger entre los miles de peruanos y profesionales, el más idóneo para crear un clima de consenso y concordia. René Cornejo, no es ese profesional y por lo tanto, si se desea retornar a la calma, no queda otra que designar a alguien que genere más consensos, que tenga peso propio y que no sea una "marioneta" de la primera dama.

Modificar la votación dada en la sesión del Congreso, significaría un negociado político más, de aquellos que han llevado al deterioro del Congreso de la República.   

 

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