ERP. A fines del siglo pasado, la Municipalidad de Piura editó el libro Piura y la Independencia, de mi autoría. Han pasado casi 30 años desde aquél momento, y a la actualidad nuevos encuentros documentales permiten ampliar lo ya conocido, en cuanto a personajes y hechos vividos en Piura, así como protagonizados por los piuranos y piuranas en la independencia del Perú, y de países vecinos.
Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones
Si bien, antes todo se centraba en la conmemoración del 4 de enero, fecha de la proclamación en la ciudad de Piura, en 1821, hoy la rememoración también se hace en otros sitios, que como Paita, Sullana y Querecotillo, cuentan con un sustento documental que da pie a la conmemoración, basada en evidencias manuscritas e impresas.
El año del Bicentenario de la Independencia del Perú, se ha conmemorado pese a las limitaciones impuestas por los tiempos, esta página de la historia nacional, en la que los hijos de la patria se hicieron presente, frente al llamado de su heredad, ha sido recordado en todo el Perú. Hace 200 años, el norte peruano se convirtió en un modelo para el país, en cuanto a toma de decisiones, había que decidirse por el futuro de la patria, que llamaba a sus hijos y a sus hijas a defenderla.
Se procedió así a declarar, proclamar, y jurar la independencia, tal como se había hecho en Lambayeque, Trujillo, y Chiclayo en diciembre de 1820, y en Supe, el 5 de abril de 1819. Piura, la más antigua ciudad del Perú virreinal, proclamó la independencia el 4 de enero de 1821, manifestándose abiertamente, que la decisión de los piuranos estaba tomada previamente, y que seguirían el curso de esa tendencia natural, teniendo en cuenta la manifestación de las autoridades de Trujillo, y la presencia del Ejército Libertador en el Perú.
Como lo ha estudiado la historiadora Susana Aldana, desde fines del siglo XVIII, la región Piura, estaba afirmada como una gran región, mantenía fuertes vínculos comerciales con el sur de la audiencia de Quito, y hasta con Panamá y el Caribe, y por el sur, las redes comerciales se extendían hasta la Capitanía General de Chile, de acuerdo a sus publicaciones.
La conciencia de patria se había fortalecido por diferentes circunstancias. En el proceso de la independencia que se aproximaba, los piuranos aparecen cercanos a este panorama. El Mercurio Peruano difundía la idea de patria, enseñaba a amar al Perú, conociéndolo a través de la lectura de sus páginas, en las que Piura no estuvo ausente.
La independencia de Piura, cuyo bicentenario se conmemoró, el 4 de enero del año pasado fue una invitación a reflexionar a las autoridades sobre estos sucesos de hace más de 200 años. Sabemos de conmemoraciones en Paita, Piura, Querecotillo y Sullana, teniendo en cuenta episodios de enero de 1821, ahora que se cuenta con mayor información sobre el particular, y se conoce con mayor claridad el entorno socio económico, a través de la publicación de la historiadora Elizabeth Hernández.
En 1994 publiqué 20 versiones de la independencia de Piura, complementarias unas de las otras, proyectando lo que se vivió en la ciudad de Piura, entre el 4 y el 6 de enero de 1821, y en los días siguientes, en el interior del antiguo corregimiento de Piura, que no fue sordo ante los llamados de la patria. Anteriormente había una sola versión, la de José María Arellano, amanuense de correos de Piura, cuyo contenido fue publicado varias veces.
En medio de este protagonismo, se entendió, que si se aspiraba a una independencia, se requería del concurso y participación de todos los piuranos, al margen de la oriundez, posición económica, condición de civiles y militares, de ser urbanos o campesinos, de ser vecinos o avecindados, se comprendió, que no se podía remar contra la corriente, la independencia se lograría con el concurso de todos.
Escribió el historiador, Miguel Maticorena Estrada, que, la independencia de Piura no fue solo un proyecto criollo, que entre sus protagonistas los hubo del estamento medio y bajo, no solo hacendados; hubo militares, sacerdotes, carpinteros, zapateros, empleados del Estado español, y de otras ocupaciones, y en efecto, así fue.
El 4 de enero de 1821, se proclamó la independencia de Piura, y unas horas antes se había hecho lo mismo en Sechura, y de esto da cuenta el subteniente José María Raygada Gallo, que se encontraba destacado en ese lugar. Es probable, que el Cabildo de Sechura, conformado por población indígena, haya recibido los pliegos de Torre Tagle, dirigidos a ese ayuntamiento, que conocía de sobra la decisión patriótica de los piuranos, y a las 10 de la mañana, del 4 de enero de 1821, proclamó la independencia en Sechura, en presencia de José María Raygada, quien dio cuenta de los sucesos, al día siguiente, de acuerdo a Ella Dunbar Temple.