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Vie, Abr

El mentir como práctica y costumbre en los políticos peruanos

Andrés Vera Córdova
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ERP. El mentir en la política peruana es habitual. Los personajes descubiertos en hechos irregulares o ilegales, se enredan en sus propias mentiras. Alejandro Toledo, Alberto Fujimori, y últimamente Urtecho no son distintos a otros que pregonan su inocencia, cuando en verdad las pruebas les rozan el propio rostro. En Perú no existe el perjurio como delito y decir lo que no es se ha convertido en la primera reacción del infractor.

La historia se encuentra llena de casos que la memoria colectiva olvida. Hace muchos años, Manuel Ángel del Pomar, era diputado aprista y fue sorprendido en Alemania cobrando un cheque de un narcotraficante. Juró y repitió el juramento abogando por su inocencia. "Yo me suicido si me prueban alguna vinculación con el narcotráfico", expresó en los medios de comunicación. Del Pomar cumplió su condena por narcotráfico y sigue vivo.

Alberto Fujimori, purga condena por diversos delitos. Sin embargo, su prédica, la de sus familiares y seguidores es el de inocencia. Aparentemente los argumentos son tan "convincentes" que mantienen un alto porcentaje de respaldo electoral. "Miente, miente, miente, que algo queda" fue la creación intelectual de Goebbels, el ideólogo comunicacional del gobierno nazi de Hitler y que muchos políticos peruanos usan para protegerse de sus mentiras.

Alejandro Toledo, envuelto en el caso que involucra a su suegra por la adquisición de inmuebles; sus argumentos van modificándose conforme pasan las horas. Este hábito no es nuevo en el ex mandatario, el decir lo que no es se modifica en tiempo y espacio con mucha facilidad. Mitomanía y culpabilidad?. Es una caso que verá seguramente el Poder Judicial, pero podría contemplarse como un caso siquiátrico.

Durante el último gobierno aprista, se denunció el caso de los "petroaudios". Un personaje dominicano reuniéndose con autoridades de alto nivel y entre ellos con el Presidente del Consejo de Ministros Jorge Del Castillo. Interrogado en una primera vez dijo no recordar haberse reunido con Fortunato Canaan, posteriormente fue reconociendo que si lo hizo. La crisis de gobierno, llevó a la remoción del gabinete presidido por Del Castillo.

Michael Urtecho, es aún congresista peruano. Llegó al parlamento representando a Solidaridad Nacional de Luis Castañeda. Su condición de discapacidad no fue impedimento para cometer presuntos ilícitos. Tras las denuncias en su contra, negó por todos los medios y clamó su inocencia, la misma que sucumbió con sus propias palabras y con "música celestial" el último domingo. Urtecho, olvidó los precedentes de otros parlamentarios que delinquieron y que incluso purgan condena para irse por el camino equivocado.

A nivel internacional, el escándalo del Watergate (o Watergate) fue un escándalo político en los Estados Unidos que ocurrió en 1972 durante el mandato de Richard Nixon y que lo llevó a la dimisión. Durante la investigación tras muchas mentiras se reveló que Nixon tenía un sistema de grabación de cintas magnéticas en sus oficinas y que había grabado una gran cantidad de conversaciones dentro de la Casa Blanca.

En el caso americano el perjurio es un delito que consiste en mentir estando bajo juramento. A la persona que comete perjurio se le denomina perjuro. Es un delito que tiene una especial relevancia en el ámbito de los Tribunales de justicia y, en particular, en lo referente a su aplicación a los testigos que puedan presentarse en un juicio. El testigo tiene la obligación legal de decir la verdad, y en el caso de que incumpliese su obligación, podría ser procesado por la vía penal. El delito de perjurio es, por tanto, una garantía a la hora de dar un mayor valor a la prueba testifical.

El llamarse inocente y jurarse como tal, cuando no se es, es un hábito que debe superarse mediante una legislación adecuada. El sistema judicial y Contraloría General de la República, deberían funcionar con más inteligencia y con más drasticidad cuando corresponda. Por ahora ambas entidades demuestran que el esfuerzo que hacen es imposible para identificar al mentiroso que actúa en la función pública. En tal sentido, y lo vemos casi siempre, la mitomanía siga siendo una práctica pública.

En el 2014, se realizarán elecciones municipales y regionales, y como siempre, los recursos públicos pasan a financiar las egolatrías de alcaldes y presidentes regionales. Contraloría y Ministerio Público, en toda su historia son tal lentos que es improbable que encuentren responsabilidades. En tanto, miles de miles de piuranos y peruanos, no tienen agua, energía eléctrica, servicios de educación buenos, o de salud, cuando se podrían haber resuelto estos problemas sin el fantasma de la corrupción.

Diario El Regional de Piura 
 

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