ERP. La Universidad Nacional de Piura se encuentra en un momento decisivo. La reciente votación para elegir al Rector, que ha llevado a dos candidatos a la segunda vuelta, no es simplemente un proceso electoral más.
Por Marco E. Nevado, Ph.D.
Egresado de la Primera Promoción de Agronomía de la UNP.
Es una oportunidad crucial para que la institución se levante de la crisis moral, ética y académica que la ha asolado por años. La corrupción, lamentablemente, ha sido el denominador común, arrastrando a la UNP a una decadencia que ya no puede ser ignorada.
La enseñanza, pilar fundamental de cualquier universidad, ha sido una de las principales víctimas. Con sílabos que reflejan conocimientos de hace 20 o 30 años, la UNP está peligrosamente alejada de los avances científicos y tecnológicos actuales.
¿Cómo pueden los estudiantes prepararse para un mercado globalizado y en constante evolución si su formación se basa en conceptos obsoletos? La falta de investigación científica es, sin duda, la raíz de este problema.
Sin una base sólida de investigación, los profesores se ven limitados a repetir información desactualizada, privando a los estudiantes de la posibilidad de acceder a nuevos descubrimientos y resultados propios que podrían contribuir a la solución de los problemas de la comunidad.
La preocupante utilización de la estación experimental agrícola para construir un edificio es un claro ejemplo de la desconexión entre la administración actual y las verdaderas necesidades de la investigación y la sociedad. En un contexto de cambio climático que afecta drásticamente la agricultura y con una crisis alimentaria global inminente, esta decisión es un testimonio alarmante de la falta de visión y compromiso con la investigación y la producción de alimentos.
¿Deben los estudiantes y la sociedad civil jugar un papel activo en la exigencia de transparencia y rendición de cuentas a las autoridades universitarias? definitivamente la sociedad civil y los estudiantes deben jugar un papel activo en la exigencia de transparencia y rendición de cuentas a las autoridades universitarias.
Los estudiantes son los usuarios directos de la educación y su futuro depende en gran medida de la calidad de la institución. La sociedad civil, por su parte, es la que recibe a los profesionales egresados y se beneficia (o padece) de la investigación y el impacto social de la universidad.
En muchos casos, las autoridades universitarias operan con poca supervisión externa. Una sociedad civil organizada y estudiantes activos pueden actuar como un contrapeso necesario para evitar abusos de poder, corrupción y decisiones que no beneficien a la comunidad.
La UNP es una institución pública, y como tal, debe rendir cuentas a la comunidad a la que sirve. Estudiantes y sociedad civil son la voz de esa comunidad, y su presión puede asegurar que las prioridades de la universidad estén alineadas con las necesidades reales de desarrollo y ética.
Las auditorías externas y los mecanismos de control son importantes, pero la vigilancia constante y la denuncia oportuna por parte de la comunidad universitaria y la sociedad civil pueden detectar problemas mucho antes y prevenir que escalen.
Es imperativo que los dos candidatos en esta segunda vuelta asuman una postura clara y contundente. Más allá de las promesas de campaña, deben pronunciarse y aceptar la enorme responsabilidad de erradicar la corrupción que ha destruido el prestigio de la UNP.
No se trata solo de gestionar la universidad; se trata de rescatarla de las sombras de la mala administración y devolverle el nivel que una institución educativa merece.
Los profesores, estudiantes y la comunidad en general merecen una universidad que les inspire confianza, que fomente el conocimiento de vanguardia y que contribuya activamente al desarrollo del país.
El futuro de la UNP depende de la valentía y el compromiso real de sus próximos líderes para enfrentar esta crisis y reconstruir los cimientos de la investigación, excelencia académica y la integridad moral.