ERP. (Por: Miguel Godos Curay) El recorrido semanal en pos de antojos se convirtió en un océano de advertencias para una dieta saludable gracias a los benditos octógonos. Los quesos están saturados de sodio. Los salames, jamones, mantequilla y tocinos. Todos los embutidos contienen grasas saturadas. No se escapan la leche entera y derivados. El yogurt sabor fresa y lúcuma no es más que un aparente veneno.
Las bebidas carbonatadas (gaseosas) en apariencia, neutrales y sin azúcar acabaron también con la alerta: Alto contenido de azúcar. La medida es recontra buena porque finalmente acabamos comprando una mano de plátanos y una tajada de sandía. Ahorro total y salud a la vuelta de la esquina.
Desde el 17 de junio de 2019 todos los alimentos industrializados que se expendan en el Perú están obligados a llevar octógonos de advertencia que informen a los consumidores que su contenido excede los parámetros establecidos por Salud para el sodio, azúcar, grasas saturadas o grasas trans. La advertencia es mandato de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable para Niños, Niñas y Adolescentes que dispone entre otras medidas un sistema de alerta en alimentos procesados.
Piura por su dieta desparramada es un culto a la obesidad mórbida y a la diabetes. La estadística sostiene que por cada cien piuranos hay diez diabéticos sintomáticos y asintomáticos. Unos saben que la padecen y otros se conducen como si tuvieran brevete contra la quebrantada salud. En realidad la diabetes mata y sin compasión. Es la causa de mutilaciones de las extremidades que van en aumento. Confesaba un sin piernas “es mejor que me hubiesen cortado un brazo así hubiese dejado de comer lo que me dijeron perjudica la salud”.
Hoy el diagnóstico de diabetes demora segundos porque glucómetros (el aparatito para medir la glucosa en sangre) hay en todas las farmacias en donde usted amigo lector puede confirmar que su mal genio repentino, su sed incontrolable,sus ganas de orinar a cada rato, la súbita pérdida de peso no son otra cosa que la confirmación de un diabetes incontrolada. Piura tiene altos indicadores de diabetes en la familia a consecuencia de desórdenes metabólicos aunque hay diabéticos por factor genético y diabéticas a consecuencia de la gestación. Si algún familiar cercano padece diabetes no pierda tiempo y acuda al facultativo para un diagnóstico que preservará su vida.
La situación es dramática en Piura en donde hoy para obtener un turno semanal para diálisis a consecuencia de la insuficiencia renal provocada por la diabetes en la seguridad social demanda paciencia, tiempo y onerosos gastos imposibles de sostener. La diabetes es causa también de neuritis que inmoviliza las extremidades, los desplazamientos diarios y la actividad laboral. El desempeño eficiente disminuye todos los días porque la retinopatía diabética dificulta la visión y es causa de ceguera. El diabético se crispa emocionalmente por su mal carácter y afecta a la familia que tiene que soportar todas sus incontroladas rabietas. La mala rabia es una consecuencia de altos índices de glucosa en sangre.
La diabetes no es cosa de juego y tampoco puede ser curada por curiosos y conceptos tradicionales. Requiere de un médico que ordene la vida del paciente. Fundamental es la dieta libre de grasas y azúcar. Necesario es el ejercicio diario las caminatas en horas libres de sol porque de este modo se sintetiza el glucógeno acumulado en las extremidades.
Comer sano requiere disposición y buena voluntad. Comer menos chicharrones, piqueos, sudados salpimentados, majados y chavelos, menos chicha y cerveza preservan la vida. Consumir verde y saludable. Consumir pescado, verduras, menos arroz y pastas. Menos pan, más fibra y afrecho de trigo contribuye a la buena salud. Por eso los octógonos de advertencia son un semáforo de lo mal o bien que come usted. La medida debería extenderse también a los negocios que expenden comidas en donde los venenos silenciosos y nocivos están al alcance del regusto cotidiano. Si ama su vida y su familia protégela y protéjase comiendo sano.
En Piura se tiene el erróneo concepto que se puede tragar bien y posteriormente controlar la elevada glucosa con los glicemiantes prescritos por el médico. No es así, el mayor perjudicado es el paciente. Los diabéticos mal llevados sufren de impotencia y falta de apetito sexual lo que desencadena un desordenado consumo de agentes estimulantes que finalmente causan infarto al miocardio. Los diabéticos carretones que acuden a la pepita azul y la consumen desaforadamente como bocadillo acaban muertos y extenuados patas arriba como las cucarachas. ¿Les parece poco?