ERP. Marisol Espinoza Cruz, es una periodista, que tuvo el privilegio de ingresar al servicio estatal, sin tener ningún tipo de experiencia y menos de formación política. De hablar entrecortado y sin capacidad para estructurar mensajes completos y fluidos, llegó en una primera oportunidad al Congreso de la República y en la segunda le cupo ser vicepresidenta para el periodo 2011-2016 además de congresista.
La noticia de la semana, ha sido su renuncia al Partido Nacionalista del cual era parte. Siempre se especuló sobre ello y la ambigüedad fue constante para definir si era una realidad o una posibilidad negada. Ella solo se encargó de decir, que se mantendrá como vicepresidenta hasta el final de este mandato.
Al expresar que su renuncia es dolorosa y reflexiva, en la carta de renuncia expresa "Cumpliré hasta el final de la administración del Gobierno, siguiendo mi vocación democrática y mi compromiso con la Patria", lo que constituye un enigma considerando que si como nacionalista tuvo dificultad para ejercer la presidencia como encargo, la situación sería peor en estas condiciones.
Para sus colegas parlamentarios era conocido el distanciamiento entre la pareja presidencial y la vicepresidenta, incluso negándole la posibilidad de despachar en Palacio cuando por razones de viaje del Presidente, debería asumir dichas responsabilidades.
Su figura creció durante los últimos años, no por un proceso de construcción estratégica de su liderazgo, sino por las contradicciones con el entorno de la esposa de Ollanta Humala y posiblemente con el propio presidente y Nadine Heredia Alarcón. Su sobriedad, y su aparente fidelidad a quienes la impulsaron en el mundo político, la llevó a mantenerse silente y evitando mayores conflictos.
Pudo ejercer la presidencia del Congreso de la República; sin embargo, se le negó esa posibilidad y tras esa negativa, la bancada nacionalista comenzó a desintegrarse. Evidentemente, la democracia interna fue uno de los graves problemas del partido que en algún momento, planteó un gran cambio en la realidad peruana.
Marisol Espinoza, se convirtió por razones que solo ella conoce y seguramente Ollanta y Nadine Heredia, en incómoda para el Gobierno. Las razones pueden ser subjetivas y muy emocionales, considerando que la vicepresidenta, según fuentes confiables que tiene este medio, fue llevada como candidata por la amistad que le unía con Nadine Heredia, la misma que la catapultó como vicepresidenta.
Sin embargo, ya como gobierno la situación fue diferente. El entorno de Nadine Heredia creció conforme avanzó el ejercicio del poder real y en ese sentido, las primeras discrepancias habrían llegado por la intromisión en asuntos de Estado de la primera dama. El primer altercado fue con Ana Jara, quien tuvo frases impertinente para con Marisol.
El actuar sereno y respetuoso de Marisol Espinoza, llevo a sepultar estas primeras diferencias; más todo hace indicar que la amistad que en algún momento tuvo entre el comandante y su esposa, fue diluyéndose con el tiempo y convirtiéndose en insuperable.
Lo cierto que esta situación, es la primera que se presenta en la historia peruana, donde el Poder Ejecutivo, se va desintegrando producto de la fragilidad del partido político ganador. La renuncia irrevocable de Marisol Espinoza, crea un contexto impredecible y de más confrontaciones entre el Presidente y la Vicepresidenta, sobre todo por ser la única reemplazante de Ollanta en caso de ausencia.
Respecto al futuro político de Marisol Espinoza, en Piura se dice que tendría cercanía con Alianza para el Progreso que lidera César Acuña Peralta, otras fuentes más internas desdicen ese comentario; lo que si queda claro que Marisol Espinoza, ya no podría ser candidata presidencial si se tiene en cuenta la fecha de renuncias de un partido para quedar libre de esa organización.
Otros expresan que buscaría la presidencia regional de Piura; sin embargo, ese supuesto no tiene consistencia, considerando que para participar en las elecciones regionales, no le era necesario renunciar. Todo hace indicar que sus perspectivas se encuentran más cercanas.
Podría ser candidata al Congreso de la República y seguir los caminos que en algún momento siguió su maestra y colega Fabiola Morales Castillo. Es decir, postular en otra agrupación que aún no está precisada, pero postular al fin.
Si se analiza el caso de la periodista y congresista piurana Marisol Espinoza Cruz, se podría colegir que más allá de su centrismo en el conflicto del Poder Ejecutivo, y Partido Nacionalista; del trato indebido contra su calidad de vicepresidenta y congresista; más allá de ello, no tiene una figura, condiciones y un liderazgo nacional y regional que le augure éxitos superiores a los logrados con el partido que la catapultó en su situación presente.
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