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Mar, Abr

Odebrecht y la corrupción en el Perú por Kelly Gianina Rojas Ruiz

Sullana
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ERP (Por: Lic. Kelly Rojas Ruiz). San Josemaría Escrivá De Balaguer dijo que la ignorancia es el peor de los males del mundo y el mayor enemigo del bien, capaz de constituirse en la raíz última del proceso de desintegración moral que afecta a amplios sectores de la sociedad. Asimismo, como dice el Filósofo Carlos Llano Cifuentes, en la época moderna se ha renunciado a pensar, llevándonos a una caricatura donde no hay quien se vea movido para filosofar en serio. En tal contexto, se abre paso al relativismo y escepticismo.

En efecto, evidenciamos cómo las tendencias de pensamiento se inclinan a un mundo relativo, el mundo de la cultura light, que tanto daño hace a un estado, en el que no podemos decir que hay democracia, si la falta de cultura y educación no les permite a sus ciudadanos tomar sus propias decisiones y hacer uso de su libre albedrío, por lo tanto, idiotizados por la dictadura mental, una dictadura ejercida por los grupos de poder que utilizan tanto la publicidad, programas televisivos, edición de libros y cuanto medio de comunicación esté a su alcance, ya sea tradicional y no tradicional, para direccionar nuestros pensamientos, ideas y decisiones.

En tal sentido, el escándalo de la Red Internacional de la corrupción, por los sobornos de la Constructora Brasileña Odebrecht, quien pagó aproximadamente, 788 millones de dólares en sobornos en 12 países de Latinoamérica y África, según documentos publicados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y que se hicieron en relación a 100 proyectos obtenidos mediante licitaciones, en 12 países: Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela, según los documentos del Tribunal del Distrito Occidental de Nueva York, de los cuáles los sobornos en Perú fueron por 29 millones de dólares y los beneficios fueron por 143 millones de dólares, debió poner a nuestro país en alerta nacional, la indignación y rechazo no debería verse sólo en las redes sociales y algunos pronunciamientos públicos, sino evidenciarse en acciones concretas, como mejorar mecanismos de transparencia en las licitaciones públicas, no sólo en las altas esferas, sino también en las municipalidades y gobiernos regionales; Sin embargo nuestro país se caracteriza por el letargo y ensimismamiento, por ello los corruptos avanzan a pasos gigantes, ya lo informó la Contraloría General de la República: 12 mil seiscientos millones de soles se arrebatan al Perú anualmente, personajes acostumbrados a corromper o a ser corrompidos, cifra que equivale al 10% del Presupuesto General de la República del año 2016.

Esta es la realidad en nuestro país, estamos en el boom de la corrupción y debemos tener mucho cuidado que aprovechándose de la coyuntura, aparezcan los lobos con piel de cordero que «les vean la cara» a quienes están totalmente defraudados de la política y los políticos. No todo el que escribe, percibe aquellas líneas como parte de su esencia. Hay muchos pinochos plagados tratando de pintar una personalidad inexistente: ¡Fuera las caretas! Es momento de actuar con nuevos métodos y buscar la verdad. La muerte civil de los corruptos es una buena medida tomada por nuestro Presidente Pedro Pablo Kuczynski Godard, pero recordemos que hay corrupción en múltiples ámbitos: En los concursos públicos, en compras públicas, en las concesiones de las empresas de agua, en el proceder de un policía, en la cátedra universitaria, en las calificaciones que los maestros colocan a sus alumnos (en especial en los colegios privados), en el lanzamiento de un programa de TV, en una sentencia que emite un juez y hasta en una resolución emitida por un fiscal del Ministerio Público; por lo tanto, hay mucho por hacer; Como dice Julio Guzmán, este es el inicio de la caída de los dinosaurios de la política pero todavía falta mucho para que realmente derrotemos el flagelo de la corrupción ( recuerdo que un presidente de corte superior me dijo que jamás sería derrotada). Y no cantemos victoria antes de tiempo, ya que aún falta descubrir al «mentiroso por excelencia», al líder aprista, que no sé por qué motivos aún tiene unos pocos seguidores. Debe ser la dictadura mental ¡otra vez! Lo hemos escuchado decir que los exfuncionarios de su segundo gobierno durante los años 2006 al 2011, involucrados en el Caso Odebrecht, son ratas por haber traicionado al estado, pero «no son sus ratas», no son apristas, según dijo, pero fueron colocados en sus cargos por el Apra. Esperemos las investigaciones, estoy segura que abran muchas sorpresas y algunas muy esperadas.

Por: Lic. Kelly Gianina Rojas Ruiz

@kninar1

 

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