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Mar, Abr

Lluvias que aún no se cumplen y un Fenómeno el Niño, que no llega en región norte de Perú

Editorial
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ERP. Durante el año 2015, las informaciones de un Fenómeno el Niño se hicieron comunes en el departamento de Piura. El Gobierno Nacional otorgó medidas excepcionales a las instancias públicas para que puedan contratar con rapidez y ejecutar las obras de prevención, necesarias frente a un evento de esta naturaleza.

El ministro de Agricultura regresó muchas veces a Piura y Tumbes, para saber el nivel de avance de los trabajos de prevención; Reynaldo Hilbck hizo lo propio en su territorio y Ricardo Flores Dioses, tuvo que ver disminuido los niveles de coordinación con la instancia regional, porque simplemente el Gobierno Nacional no confiaba en él.

Incluso, un accidente quitó la vida a una tumbesina, cuando un helicóptero aterrizaba a orillas del río Tumbes, donde se ejecutaban trabajos para dar mayor cauce al río Tumbes. Todo ello, era parte del escenario y el show mediático frente al anunciado Fenómeno el Niño.

El SENAMHI, igualmente realizó sus alertas y la población las asumió como posibles. Incluso la última del 17 de febrero informa que entre la madrugada del jueves 18 hasta la mañana del sábado 20 de febrero, se esperan lluvias de moderada intensidad en el norte del país. Las precipitaciones más intensas se registrarían en la madrugada del jueves 18 y la madrugada del viernes 19 de febrero.

Agrega que durante el período del aviso se podrá acumular precipitaciones superiores a los 40 l/m2 en zonas del interior de Tumbes y del norte del interior de Piura. Es probable que sucedan estas lluvias y que produzcan problemas sociales con los impactos; lo que si queda claro, que del famoso Fenómeno el Niño, cuyos ejemplos mayores se dieron en el 82-83 y 97-98, no existe indicio alguno.

Los pronósticos no han sido exclusivos del SENAMHI, otros organismos internacionales han realizado lo propio y consideraron como focal, lluvias intensas en la zona norte el Perú y sur del Ecuador. Excepto, una lluvia atípica en Guayaquil, por lo demás el comportamiento del tiempo no ha sido diferente a periodos estacionales de años anteriores.

Igualmente viene sucediendo en Tumbes, donde de vez en cuando ha llovido, y los estragos de las lluvias han sido negativos. En Piura, en algunos territorios ha llovido menos que en otras oportunidades y en el caso del río Chira, su caudal totalmente lleno de lirio acuático en una fecha como esta, es la constatación más fría que los pronósticos no se vienen cumpliendo.

Está demás decir, que las lluvias que se conocen como parte del Fenómeno del Niño, activaron quebradas y llenaron de caudal los ríos que tiene Piura. Las calles de las ciudades, sobre todo las costeñas se inundan y las viviendas en mayor parte se perjudican. Este daño es mayor cuando estas casas habitación se han construido en zonas inundables.

En el caso del río Piura, su masa de agua es totalmente menor a la que se mantuvo en otros años sin anuncio de lluvias atípicas. Es donde mayormente se han realizado trabajos de prevención y eliminación de obstáculos, para evitar que el río inunde las ciudades como sucedió en los años con presencia del Fenómeno el Niño.

No se puede decir, que el tan anunciado periodo lluvioso no llegará, pero tampoco se puede afirmar que llegará. Lo que viene sucediendo, es la demostración fáctica, que una cosa es el laboratorio y la ciencia y otro la naturaleza misma. Por el momento, la incertidumbre de la naturaleza, está que gana la batalla al pronóstico científico que analiza temperatura del agua y vientos.

Lo que si queda claro, que la región norte peruana, se encuentra propensa a lluvias intensas de manera cíclica y que obliga a gobernantes y autoridades en general a actuar permanentemente para lograr zonas de habitabilidad seguras y ajenas a los impactos negativos de las lluvias intensas. Esta dinámica de trabajo, debe ser mayor en las ciudades de la costa, que son las más proclives a tener daños mayores.

Lo que si queda claro, es que con pronóstico o sin él, se debe trabajar siempre para no lamentarse después. Las lluvias intensas y propias de un fenómeno atípico, se encuentran registradas en la historia y siempre con grandes destrucciones sociales y económicas. 

 

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